martes, 16 de octubre de 2012


Siempre he soñado con ser un pez, porque dicen que los peces no tienen memoria, y no pueden acordarse de nada, y si no te acuerdas de nada puedes levantarte cada día y vivir lo todo como si fuera la primera vez, la primera canción, la primera ves que lo vistes, el primer beso.
Porque hay ciertos momentos mágicos, cuando esa cierta persona te toca y sientes que te estorba la piel, que sales de ti y tu alma pide a gritos salir corriendo. Ese instante al que podrías morir porque sabes que ya no podrías sentir algo nada igual.
Me gusta que hayan cosas refugiados contra el olvido, cosas que como no pasan el tiempo esos mosquitos atrapados en la nada millones de años y el mundo sigue adelante pero ellos se quedan atrapados para toda la vida como las fotos en una caja de zapatos debajo de la cama , como esos secretos que no puedes contar jamas . Un recuerdo es el único paraíso es el único que no podemos expulsar.
Hay dos desgracias en la vida ser humano , la primera es no tener a quien amar con toda el alma y la segunda tenerle.
El universo conspira favor los que mueven el universo y eso son los que lo paran.
TU QUIERES MOVER EL MUNDO? O QUE TE MUEVAN ?

Hay personas que entran en tu vida y lo cambian todo.
Personas por las que vale la pena parar, respirar y valorar. Valorar lo que realmente importa. Los detalles, las pequeñas cosas. Cosas como el agua del mar, las nubes, una mirada de esas que lo dicen todo. Unos ojos como los tuyos, el modo en el que me sonríes, ese abrazo infinito mezclado de sal. Los huracanes en el estómago, tus manos, despertar a tu lado.
Esos detalles que hacen que todo tenga sentido, incluso hasta que el momento de conocerte creí que no importaba.
Son esas pequeñas cosas las que lo cambian todo. Las que provocan que haga las maletas y salga corriendo, sin importarme donde. Siempre y cuando el destino seas tú. Las culpables de que me hayan aportado alas.
Tú, de esas personas que aparecen y los cambian todo, y hacen que ya nada importe, y a la vez que todo empiece a importar.
Abro los ojos, y sé que estás...y me dejo llevar. Sin pensar hacia donde, ni a que lugar. Porque nada importa, si tu estás.